En mi humilde parecer no se esta ajeno a la ciencia, por lo que nos adentramos en el estudio de las especies que habitan el planeta Tierra, más precisamente en una en particular, una mutación de la raza humana que data desde tiempos inmemoriables, desde el momento en que comienza la práctica del deporte, surge este especimen al cual se lo conoce comunmente como "periodista deportivo", el cual aumenta momento a momento en cantidad (no así su calidad).
Estos seres humanoides cuentan con características propias que los convierte en objeto de estudio de quien escribe.
Los periodistas deportivos suelen incurrir en terrenos ajenos, como lo es particularmente el terreno astral, quizá en sus orígenes interactuaron intercambiando conocimientos con antiguos brujos, magos o similares y de alli su fascinación por la adivinación. Porque si hay algo que le gusta al periodista deportivo es adivinar, anticiparse a los resultados, les encanta (como si fuese tan fácil prever la realidad), a pesar de que sus porcentajes de acierto son pobres.
Algo muy característico de estos seres son las preguntas estúpidas y/o sin sentido que hacen a los players. "¿Cómo ves el próximo partido?". ¿No se les ocurre otra huevada que siempre preguntan los mismo?, si constantemente reciven las mismas respuestas, ningún jugador va a decir que el próximo partido ya esta ganado de antemano. O las que a mi más me gustan: "Comenzaron mal, un primer tiempo para el olvido, luego para el segundo entraron enchufados, revirtieron el trámite desfavorable, un tiempo para cada uno se puede decir". Y? La pregunta? les hacen un análisis resumido del partido al jugador pero no hay pregunta, al tipo sólo le queda repetir lo que dijo el periodista y estar de acuerdo.
Estos humanoides dominan un lenguaje envidiable para cualquier poeta, son autores de frases tan complejas como surrealistas. Posiblemente la siguiente sea la vedette de todas: "...barrilete cósmico..." (si alguien puede explicarme esta metáfora se lo agradezco).
Y no hay que dejar de lado su trastorno de doble personalidad. Pasan de subir al limbo a un jugador, entrenador, equipo, dirigente a hundirlos en el más profundo de los círculos del infierno, y ese cambio radical no tiene como justificación más que una pelota que no entra o pega en el palo, un mal partido, un mal campeonato ya poco más que marca el retiro de un deportista. Un cambio mal hecho ya convierte en desastrozo a un equipo. Ahora, capítulo aparte lo de "Don Niembra" en foxsports, una joyita sin desperdicio, para chuparse los dedos.
